ENJAMBRE

de Rafael Cabaniñas Saldaña

Este libro es el segundo de una preciosa trilogía que el escritor manchego y amigo ha escrito sobre la vida, la naturaleza, los hombres y mujeres que viven en esos pueblitos perdidos en los Montes de Toledo. «Quercus, en la raya del infinito», «Enjambre» y el último «Valhondo«. En ese lugar de paisajes imponentes y de soledades inmensas, Rafael Cabanillas, nos cuenta la historia de un puñado de gente que viven en una pedanía de Anchuras, de nombre Enjambre.

«Cuando los vecinos necesitan desplazamientos, avisan a un taxi que viene del Horcajo y los lleva a la capital o donde se tercie. El coche está para el desguace, para el arrastre, pero sigue vivo. Una metáfora de la gene que puebla estos montes , decrépitos, abandonados, con mil achaques y fatigas, pero resistentes. Insensibles a la precariedad y al desánimo».

Sigue contándonos la historia de las dos únicas familias que viven en la aldea, la familia del tío Jacobo y la de Eustaquio, que por historias del pasado que, ni ellos mismos sabían, no se hablan. El pueblo quedó casi vacío, la gente joven se fue a buscar trabajo a cualquier sitio, menos en estos lugares dejados de la mano de Dios.

» El Tiresias, que es el hijo primogénito y legatario del tío Jacobo y de la Remigia, no sabe por qué no se hablan con los únicos vecinos del pueblo. ¿Para qué saberlo? Igual que no lo saben, de la parte contraria, los muchachos de Eustaquio y la Encana, dos primales de ocho y diez años».

Rafael nos va desgranando esta pobre vida, llena de silencios y de odios enquistados año tras año. El ingeniero de telefónica llega al pueblo con el alcalde de Anchuras para poder ponerles el teléfono, para mitigar el aislamiento de esa aldea.

«Se toparon con el Eustaquio que en la linde del camino estaba podando unos olivos. El alcalde fue derecho y le dijo.

Mira Eustaquio, Ponte en un suponer. Si te instalamos el teléfono en tu casa y una noche de mil demonios se pusiera malo el tío Jacobo o uno de los suyos ¿le dejarías entrar para llamar por el aparato?

Esos no entran en mi casa a no ser que yo esté muerto.

La vida en el Enjambre va transcurriendo y las anécdotas de estos personaje nos van calando hasta el alma. Tiresias, el hijo del tío Jacobo, es un muchacho casi cegato, que pasa el día en el campo, con las cabras, o haciendo los trabajos que le requieren y escuchando su radio que para él es una ventana abierta a un mundo desconocido.

Todas las noches, después de cenar se va a su cuarto y conecta la radio para oír, una noche más, la voz de la locutora, la voz que le habla a él, solamente a él, sueña con esa voz lejana y duerme feliz.

«Cuando Tiresias se despierta porque está amaneciendo y las cabras ya se revuelven sonando sus galdarras, es como si regresara de otro planeta. Ha dormido con ella, con Sophia Bayker. Abrazado a sus palabras y a su cuerpo toda la noche entera.

A mi, como a Tiresias, vuelvo al mundo real cuando dejo de leer estas historias tan sencillas, tan de tierras lejanas, de gentes de verdad, con sus sueños, aunque sean desde una voz lejana por una radio, y me cuesta salir de esos montes cerrados, dejar de escuchar esas palabras, ya en desuso, pero que Rafael Cabanillas nos las trae en sus libros.

Rafael Cabanillas Saldaña

«Que estos montes son un «penaero» para sus vidas. Pues habiendo miles de alcornoques y millones de encinas, todavía en número ganan las desdichas. Ante ellas, resistencia, sin queja. El vivir pausado, sin exigencias. Dejando que la vida pase inadvertida, rozándote apenas, sin hacerte más daño que el dolor intrínseco a la subsistencia«.

Un comentario sobre “ENJAMBRE

  1. Gracias, Teresa ! Has escrito una reseña preciosa. Gracias, también, por tu apoyo permanente!
    Feliz día!!

Deja un comentario