Cada año cuando el mes de septiembre está apunto de terminar, cuando los días se vuelven más cortos y el clima va cambiando, y los soles intensos de mi tierra van rebajando su furia, los días días son más fresquitos, y yo adoro; cuando esto pasa, yo me pongo a recordar los días que hemos pasado en casa es un ejercicio que me hace pensar con alegría la visita de mis nietos y de mis hijos a casa que es la casa de la abuela.
Este verano ha sido especial pues un nuevo miembro, Darío, con sus preciosos nueve meses, ha pasado su primer verano aquí, por eso digo que es excepcional. Siempre son especiales pero este es para celebrarlo, pues yo creo que ya no habrá más niños pequeños y Darío cierra este ciclo de nietos y lo cierra con un broche de oro por lo bueno que es y por lo que nos hace disfrutar a toda la familia de tenerlo entre nosotros.
Ha sido un año estupendo, he disfruto de dos viajes sorpresa, uno a México y otro a Canadá; a la vuelta de esos viajes he disfrutado de la visita de mis hijos y nietos a lo largo de los meses de julio y agosto.
Como siempre, los veranos se llena mi casa de alegría, todos mis nietos vienen deseando pasar unos días aquí y la verdad es que no hacemos nada extraordinario, eso sí, yo me dedico por completo a ellos y todo el día hacemos planes para que cada día tengamos un nuevo afán. Un día lo dedicamos a ir de compras con Frida, otro día al cine con Arturo o Valentina, otro día a la biblioteca, ir a la biblioteca es seguro, a todos les encanta disfrutar una tarde en esas salas llenas de libros, otro día lo dedicamos a ir a los kioskos a comprar sobrecitos sorpresa, eso también les encanta a los más pequeños;, hemos ido a visitar el museo de D. Quijote, en fin que además de los baños en la piscina, esas son las novedades del verano.
Y otra cosa que les encanta es cuando su tía Fátima se los lleva al cine o a cenar, eso es la máximo, salir a un restaurante para ellos es la fiesta, y este verano lo han disfrutado de lo lindo. Su tía Fátima que, ejerce de tía a pleno pulmón, además de ir a cenar se los lleva a la feria, disfrute total.
Lo mejor de todo es cuando un fin de semana coincidimos todos, quiero decir todos, 14 personas y en ese momento de compartir los primos unas horas juntos y los mayores charlar y preparar la comida, tengo que decir que para mí es la felicidad.
Este verano hemos disfrutado unos días con Leo, ya que estuvo un año en Canadá, así que la vuelta ha sido muy esperada, ya tiene 15 años y espero que siempre recuerde esos veranos que pasó conmigo en esta casa. Él fue el primero y desde muy pequeño pasaba 15 días conmigo, aquí hizo amigos, y se pasaban todo el día en el patio. Yo les preparaba unas quesadillas o unas pizzas y cenaban solos en el patio. Ha pasado el tiempo volando, pero esos recuerdos están en mi memoria y espero que en los recuerdos de todos ellos.
Con Valentina, Frida y Arturo, hemos paseado por el parque y hemos descubierto un montón de árboles preciosos, hemos aprendido sus nombres, como casuarina, morera llorona, azufaifo, álamo blanco, madroño etc, por sus formas hemos ido poniéndoles nombres, como el gigante, el ogro de los brazos largos, el perrito, en fin, que esos paseos por el parque han durado varios días, disfrutando de la naturaleza, hasta un día bien temprano desayunamos en un banquito.
Si a lo largo del verano venía Elías con su perro Rufus, ya era la guinda del pastel, el perro es la atracción de todos y sobre todo de Frida que es una amante de los animales.
Así vamos pasando estos días calurosos y llenos de jaleo. Ya he dicho que yo los disfruto enormemente, el tiempo vuela, los niños se hacen mayores y esta edad es para disfrutarlos con ellos. Por estos días dejo de hacer todo lo que hago normalmente, que luego cuando todos se van, tengo tiempo de recuperar mi vida.
Leo, Frida, Arturo, Elías, Valentina y Darío, todos ellos hacen que los veranos sean especiales cada año.