La noche en que Frankenstein leyó El Quijote de Santiago Posteguillo

 

Me llamó la atención el título y como todo lo que se refiere a El Quijote me interesa, me lo compré y me lo leí de una sentada. No es muy grande el libro pero sí muy ameno.

Posteguillo es un buen historiador y sus libros se venden estupendamente, «Africanus, el hijo del Cónsul» o «La Traición de Roma», los tengo pendientes algunos de ellos pero esos libros si son enormes, ya veremos cuando me pongo a ello.

Lo bueno de este libro es que lo puedes leer a ratos, está formado por pequeñas historias de la literatura, creo que son unas 25 y todas a cual más interesantes.

Un capítulo está dedicado a Charles Dickens.

No recibió educación hasta los nueve años y aunque de los nueve a los doce pudo disfrutar de un breve intervalo de tranquilidad en el que devoró todos los libros que caían en sus manos, también, desde el Tom Jones de Fielding, uno de sus escritores favoritos, hasta el mismísimo Quijote (sí, Dickens también leyó el Quijote y, si vamos a eso, Henry Fielding también y, como Mary Shelley, lo recomendaba encarecidamente a todo el mundo).

Así nos vamos enterando de un montón de curiosidades literarias, yo voy a destacar las que se refieren de una forma u otra a el Quijote. Así es la curiosa historia de Mary Shelley la autora de Frankenstein y el joven Prometeo.

Y tal es la pasión que Mary Shelley sintió por esa gran obra que el lector curioso encontrará una referencia a Sancho Panza en el prólogo de Frankenstein, igual que podrá observar que la novela de Mary Shelley presenta tu relato a través de múltiples narradores, es decir, la misma técnica narrativa de Cervantes usó para el desarrollo del Quijote. Y por si quedan dudas Mary Shelley decidió recrear la famosa «La Historia del Cautivo» capítulos 39 y 41 de la primera parte del Quijote.

Así es este libro, seductor, lleno de curiosidades, y la idea de que toda estos escritores se leyera nuestra obra más universal, a mi me ha llenado de alegría. Así nos relata la historia de la prisión que sufrió Cervantes en Sevilla.

El nuevo preso entró custodiado por dos de los porteros de la cárcel pública de Sevilla. Corría el año del Señor de 1597.

«En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…» empezó con decisión y con decisión siguió un par de horas. Hasta que se acabó la tinta y el sol dejó de iluminar bien.

Ahora esa misma cárcel sevillana tiene una placa, justo en la esquina de la calle Sierpes con Francico Bruma, que reza: » en el recinto de esta casa, antes cárcel real, estuvo preso (1597-1602) Miguel de Cervantes Saavedra, y aquí se engendró para asombro y delicia del mundo El Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.

Más de veinte placas hay distribuidas por toda España donde se dice que aquí o allá empezó a escribir, yo como manchega apuesto por la Cueva de Medrano en Argamasilla de Alba, (Ciudad Real), al menos  mi tierra es el escenario de esta gran obra.

                         Cueva de Medrano. Argamasilla de Alba

Termino con la historia preciosa de Antoine de Saint-Exupéry, el escritor del Principito.

Apenas unos meses después de la desaparición de su avión, el último manuscrito de Antoine se publicó en Estados Unidos y luego en Francia con un notable éxito de crítica y público, aunque nadie tenía muy claro si se trataba de un cuento para niños o de una gran metáfora sobre la existencia del hombre. El texto era inesperado, peculiar, diferente: trataba del niño que vivía en un asteroide, el número B-612 en donde había tres volcanes y una rosa y donde el peculiar protagonista niño tiene que luchar contra los árboles baobab que amenazan con echar raíces en su planeta. De hacerlo quebraría el asteroide en mil pedazos. La rosa es más bien engreída y siempre tiene comentarios negativos para el niño, que, un día decidirá abandonar su pequeño asteroide para viajar y conocer otros mundos. En uno de esos viajes el pequeño príncipe llegará a otro planeta llamado tierra.

Las historias son muy atrayentes, por ejemplo; «La Gestapo y la literatura», «El presidente Eisenhower y la rebelión de un hobbit», «El KGB y el manuscrito mortal», todas muy interesantes. Un buen libro de esos que los puedes dejar y volver a coger para leer una nueva historia.

 

2 comentarios sobre “La noche en que Frankenstein leyó El Quijote de Santiago Posteguillo

  1. Me encanta descubrir lo que te ha llamado la atención del libro de Posteguillo…es interesante lo de Saint-Exupéri,…yo lo supe hace tiempo…como más de diez años, un amigo me escribió y me envío la nota de periódico donde aparecía esta noticia. Me gustó mucho…y me animó a saber que a veces, las cosas se pierden, para ser encontradas de otro modo…
    Un abrazo grande!!

  2. Echando vi tu reseña me hizo acordar de este libro que tanto disfruté, soy curiosa y me encantan este tipo de libros. Posteguillo es un buen historiador tengo un libro suyo entre manos, te animo a empezar.
    Un abrazo
    Teresa

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