24 comentarios sobre “Mamá de Jorge Fernández Díaz

  1. Q libr ¡o mñas bonito, me parece muy interesante, al igual que la reflexión, es absurdo la gente que se queja de la inmigración cuando es algo que nos puede tocar a todos, los movimientos migratorios han existido siempre y siempre existirán. Un beso

  2. Tal cual, a lo largo de la historia hemos ido y venido atravesando el Atlántico en busca de una mejor calidad de vida … y qué duro debe ser el desarraigo!
    Beso
    Marcela

  3. Muy actual, aunque en realidad, fue publicado en el 2002, cuando nosotros estábamos atravesando una crisis económica terrible y la única manera de salir de ella para cientos de miles de argentinos fue el aeropuerto de Ezeiza.

    Beso
    Marcela

  4. Qué interesante, Marce, me encantan estas historias que no son ni más ni menos que las de mis abuelos, los tuyos y los de tantísimos argentinos. Y que se seguirán sucediendo. Lo hermoso de esto es que el autor haya podido conocer de primera mano y en profundidad los detalles de la historia y los sentires de su mamá.
    Besos niñas!! 🙂

  5. Sí, Eli, la novela es muy interesante y muestra que la vida de los países, así como la de las personas, es fluctuante. Y un capítulo transcurre en Neuquén! El autor, Jorge Fernández Díaz, el director del suplemento Cultura del diario La Nación, ¿lo ubicás?, vivió un tiempo en tu ciudad, en la Av. Argentina (no sé por dónde es).
    Beso
    Marcela
    Acá, 39 grados a la sombra!!!

  6. Felicidades a las dos por esta entrada, qué pena que el tema sea tan absolutamente triste.

    Estas navidades me sorprendió (no sé muy bien por qué) que varios jóvenes de mi familia hablaban de las posibilidades que tenían tal o cual carrera y siempre añadían «Aquí no, claro, en Chile, en Alemania…»

    Lo dicho, como en los 60.

  7. Gracias, Loque!
    Es que eso de buscar mejores horizontes debe ser una fantasía propia de los jóvenes, no? Siempre parece más verde el jardín del vecino … aunque lamentablemente hubo momentos en la historia de ambos países en los que no hubo posibilidad de elección.
    Beso
    Marcela

  8. Marcela:
    ¡que bonita reseña! sin duda todo aquel que tiene que viajar lejos de su patria sufren con esa lejanía…tienen que aprender, como las plantas, a sobrevivir el transplantaje (¿me acabo de inventar esa palabra????).
    Por primera vez desde hace muchos años, en México este año por fin decreció el número de migrantes hacia los EUA. No porque nuestra economía esté pujante ¡que va! sino porque allá la cosa pinta igual de fea.
    Teresa:
    ¡gracias por este blog!
    besos a ambas,
    Ale.

  9. Habrás creado un neologismo? Convengamos que «trasplantaje» suena importante.
    No sé cómo serán los números de los emigrantes en Argentina, pero lo que sí sé es que si las cosas no hubieran empeorado en el «Primer Mundo», los jóvenes se seguirían yendo en busca de un futuro mejor (acá tampoco las cosas pintan nada bien). Y sí, qué difícil tener que adaptarse a otra idiosincrasia, costumbres, idioma, comidas, etc, pero, por sobre todo, estar lejos de los afectos!
    Beso
    Marcela

  10. Cómo me gustan estas conversaciones que se arman entre españolas, mexicanas, argentinas,es magnifico y muy interesante. La emigración dan para mucho, ¿ Quién no tiene algún familiar que ha viajado a otro país en busca de una mejor vida?.
    Yo creo que también se aprende mucho y abres ventanas y puertas en tu vida cuando viajas o vivies en otros países, yo lo hice y fue toda una experiencia.
    Una brazo y feliz año
    Teresa

  11. Me encantan estas conversaciones, Teresa! Y sí, la mayoría de los que estamos de este lado del Atlántico descendemos de emigrantes europeos y, a la vez, conocemos a muchos que más tarde debieron desandar el camino de sus ancestros en busca de bienestar.
    No me cabe la menor duda de que es una experencia riquísima!
    Beso
    Marcela

  12. Marcela:
    pues entonces estamos en las mismas (sin dinero en la patria, y muchos compatriotas que se quedaron porque afuera pinta igual o peor). Ojalá nuestros gobiernos comprendan la necesidad de crear empleos y que el tener cerca a la familia sea aliciente para hacer limonada con los limones tan amargos que estamos cosechando mundialmente.
    Como dices, tener lejos a los seres queridos debe ser muy difícil. Yo escucho en el extranjero los acordes de un mariachi y se me salen las lágrimas (por bien que lo esté pasando)…no podría vivir lejos de mi tierra…el chile, las tortillas, la música. Y tengo una hermana feliz de vivir en Suiza que ni falta que le hace nada de eso…¡cada cabeza es un mundo! 😉
    un beso,
    Ale.

  13. interesantes conversaciones ¡claro que si! 😀 aquí en México hay un dicho que dice «todos tenemos un pariente pobre, un pariente rico, un pariente en Estados Unidos, y otro de quien avergonzarnos» 😉
    Tenía una maestra que decía: EUA nos robó California. Pero karmáticamente ha regresado a nosotros…ahora puro mexicano vive en ese estado 😉
    Karma o no, es terrible que alguien tenga que dejar su patria por falta de oportunidades en su tierra.
    Un beso,
    Ale.

  14. Yo hablo de mi experiencia muy positivamente porque sabía que volvía, yo creo que mis tres años en Argentina fue un lujo que aproveche totalmente. Es cierto que el desarraigo de tu pago debe ser fuerte, pero la experiencia de vivir en otro país unos años es fantástico.
    Los españoles también son gente que emigró muchas veces.
    Ahora me da la impresión de que el mundo se mueve y todo el mundo busca su vida en cualquier sitio, las comunicaciones son rápidas y ya no es aquello de irse para no volver.
    Un abrazo a todas
    Teresa

  15. Tomo nota, me apetece leer sobre este tema. Los movimientos migratorios son constantes en en curso de la historia de la misma manera que la tolerancia y aceptación que existe hacia ellos (no siempre, por supuesto). Muchas gracias Marcela y Teresa!
    Saludos!

  16. Cuando he dicho en mi anterior comentario «no siempre» me refería a que esta aceptación no siempre es negativa, por suerte.
    Saludos!

  17. Perkins, todo lo escrito sobre emigración son historias de desarraigos, pero siempre enseñan un montón de cosas. Mira los españoles siempre andando por el mundo y parece que ahora miramos mal a los que vienen por aquí. En fin siempre estamos aprendiendo.
    Un abrazo
    Teresa

  18. Marcela y Teresa que buena entrada. Tengo familia y amigos que en los 60 emigraron, los primeros a Venezuela, los segundos a Suiza. Ambos en busca de un futuro mejor. Ahora mis hijas tienen una amiga ecuatoriana y otra mexicana que han venido a España buscando un futuro mejor. De los de antes y, sobre todo, de los de ahora conozco muchos más que han emigrado, sólo de mi familia tengo una prima en México, una sobrina en Reino Unido y otra en Francia. Cada vez es más habitual vivir en otro país.
    Me apunto el libro.
    Un abrazo

  19. Hola Blanca, la entrada la hizo Marcela y opino como tú es preciosa. Este libro yo lo leí hace tiempo y me encantó.
    Casi todo el mundo tenemos familiares que emigraron y que siguen emigrando, es lógico que la gente busquemos mejorar nuestras vidas. Ahora, como bien dices no parece tan dura la emigración, todo el mundo nos movemos de un lado para otro.
    Yo viví 3 años en Argentina y fue todo un lujo para mi, claro que yo volví a España, pero me gustó mucho vivir en otro país.
    Gracias por escribir.
    Un abrazo
    Teresa

  20. Perkins, me acuerdo que contaste que tenías unas tías en Argentina que te llevaban mate cuando iban de visita a España.
    Efectivamente, es evidente que los flujos migratorios son una constante en la historia de nuestros pueblos, a veces por elección y otras, porque no queda otro remedio.
    Besos

  21. Tal cual, la gente va y viene en busca de nuevas oportunidades. Y ahora el desarraigo debe ser mucho más fácil de soportar que antes, con toda la tecnología a nuestro servicio para comunicarnos.
    Besos
    Marcela

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