Viaje a Canadá, Las Rocosas

Viaje por el Parque de Las Rocosas

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Y llegó el día de salir hacia Las Rocosas, los cinco en un coche lleno de maletas, Sonia al volante, César de copiloto y todos expectantes para ver esos paisajes que tanto deseábamos ver y disfrutar. Yo, antes de ir a Canadá, me leí un montón de informaciones, blogs, guías sobre estos lugares y todos coinciden en una cosa, que la naturaleza nos brinda unos momentos que son incomparables con cualquier otra cosa.

 

Salimos hacía Banff, pueblo muy turístico, al llegar vimos más gente por las calles, aunque en estos lugares nunca te vas a encontrar con aglomeraciones, es verdad que en Banff se nota que hay más turismo. Ya la carretera que tomamos, la 93, nos ofrecía esa inmensidad de paisajes, carreteras amplias y con pocos coches así que el paisaje era todo para nosotros. Atravesamos los parques Kootenay, Banff y Yoho, pues nuestra casa estaba cerca de una población llamada Golden.

 

Creo que no hay palabras, ni fotos que puedan describir lo que nuestros ojos iban viendo. Montañas con nieve en sus cumbres, bosques de abetos maravillosos a lo largo de las carreteras, cascadas por cualquier sitio, ríos serpenteando las llanuras de colores cambiantes, desde el azul claro, al verde, o aguas lechosas, lagos de aguas transparentes, y por si faltaba algo, de vez en cuando aparecía un tren de mercancías tan largo que nunca veíamos el final, por cornisas increíbles, así es el viaje por estos parques que con el de Jasper forman el Parque Nacional de Las Rocosas, nombrado Patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1984.

Fuimos parando para comer, para ver un lago, para admirar una cascada, asomarnos a un mirador, así hasta llegar a nuestra casa en mitad del campo. Nada más llegar, dejamos maletas y salimos a dar un paseo hacia un glaciar. Precioso paseo de unos kilómetros hasta que el bosque se abre y nos ofrece una preciosa vista del glaciar. Mereció la pena a pesar de los mosquitos que dieron buena cuenta en cualquier parte de nuestro cuerpo.

Al día siguiente salimos temprano, teníamos tanto que ver…las horas se pasan volando, pues tienes que ir parando el coche en un mirador, en un lugar inesperado, en fin que las horas no te dan de sí a tanta belleza.

Visitamos el glaciar Stanley y las cataratas Johnstan Canyon. Yo creo que lo mejor de este viaje eran las caminatas que nos hemos dado para  disfrutar todo el camino, hasta llegar al lugar que queríamos ver. La caminata de las cascadas fue preciosa, todo el tiempo viendo diferentes saltos de agua, con una fuerza arrolladora hasta llegar a lo más alto.

Precioso día, pero al día siguiente teníamos un plato fuerte, el lago Louise y subida al glaciar.

El lago Louise, recibe ese nombre en honor a la princesa Luisa Carolina Alberta, cuarta hija de la reina Victoria y esposa del marqués de Lome, que fue Gobernador General de Canadá en los años 1878-1873. Este lago, de no mas de un km de largo, es precioso por sus aguas transparentes de un color maravilloso y todo él rodeado de montañas y glaciares. Lo preside un gran hotel Chateau Lake Louise, uno de los grandes hoteles construidos por la compañía de ferrocarril canadiense.

El día era lluvioso, húmedo y nublado a ratos. Allí mismo iniciamos la subida al glaciar rodeando el lago, preciosa caminata, todos subieron al glaciar y me contaban que las vistas al otro lado eran espectaculares.

 

A la vuelta, con frío y mojados, comimos en ese gran hotel, calentito y comida rica, un día precioso como es costumbre en estos lugares.

Al final del día, no sabíamos que nos había gustado más, porque realmente todo es impresionante. La vuelta en coche, siempre comentando lo que habíamos visto o lo que más nos había gustado, a ratos oíamos música, una canción quedará en mis recuerdos unida a este preciosos viaje.

Ya terminamos estos días en estos parques, y seguimos la ruta hacia el norte,  pasaremos dos días en el Parque Jasper.

 

 

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